En nuestra interrelación humana son fundamentales los gestos faciales, es por ello que el equipo de investigadores liderados por David Neal, profesor de psicología en la University of Southern California en Los Angeles, y su co-autora Tanya Chartrand, profesora de marketing y psicología en Duke University’s Fuqua School of Business en Durham, North Carolina, llevaron a cabo el estudio publicado recientemente en la revista Social Psychological and Personality Science.
¿Cómo reconocer las emociones que otras personas están sintiendo? Una fuente de información pueden ser las señales faciales de respuesta generadas cuando se imitan automáticamente las expresiones que aparecen en la cara de los demás.
En apoyo de esta «percepción corporal de la emoción,» los investigadores realizaron dos experimentos. El primero llamado de amortiguación (Experimento 1) y el otro de amplificación (Experimento 2) de las señales faciales de interacción con los demás.
En el Experimento 1, la percepción de la emoción se vio afectada de manera significativa en personas que habían recibido un procedimiento cosmético que reduce la actividad muscular de la cara (Botox) en comparación con un procedimiento que no reduce la interacción (un relleno dérmico).
En el experimento 2 capitalizó el hecho de que las señales de interacción se incrementan cuando las contracciones musculares encuentran resistencia. En consecuencia, cuando la piel se hace resistente a las contracciones musculares subyacentes a través de un gel que restringe, la percepción de la emoción mejoró, y lo hizo sólo para las emociones que teóricamente podrían beneficiarse de la retroalimentación facial.
Ellos encontraron que «la percepción de la emoción se vio afectada de manera significativa en el grupo de Botox.
Neal dijo que la habilidad de imitar las expresiones faciales de los demás es una manera de conseguir «una ventana a su mundo interior», y cuando «no podemos imitar, como con el Botox, la ventana es un poco más oscura».
El Botox elimina arrugas paralizando los músculos. Pero las arrugas no son sólo los signos del envejecimiento, sino que también dan pistas sobre cómo la gente se puede estar sintiendo: las patas de gallo pueden expresar disgusto (por ejemplo, cuando se arruga la nariz), pero también pueden expresar la felicidad cuando nos sonreímos, mientras que las líneas de la frente puede miedo significar, y los «valles», entre las cejas puede mostrar preocupación.
Neal dijo que es «irónico» que la gente use Botox para encontrarse mejor en situaciones sociales, sin embargo, lo que «puede parecer mejor, lo podría hacer sufrir porque no se puede leer las emociones de otras personas».
Neal sugiere el «cuerpo nos da información añadida importante que nos ayuda a navegar por el mundo social».
Un camino futuro de la investigación puede ser el ver cómo el Botox interfiere con la capacidad de las personas a mentir con éxito y en su comunicación con otras personas.
Fuente:
«Embodied Emotion Perception: Amplifying and Dampening Facial Feedback Modulates Emotion Perception Accuracy.» David T. Neal and Tanya L. Chartrand, Social Psychological and Personality Science, publicado en línea el 21 de abril de 2011